En la sociedad del siglo XXI se considera esencial que todos los ciudadanos, y muy especialmente los jóvenes, dispongan de las habilidades necesarias para acceder a la información y transformarla en conocimiento. La lectura sobrepasa el ámbito educativo escolar pues contribuye a la integración social y al desarrollo personal de los individuos. Aunque en su inicio la alfabetización era concebida exclusivamente como aprendizaje de la lectoescritura, su concepto se ha ido adaptando a las necesidades sociales y, actualmente, la alfabetización abarca un abanico mucho más amplio de intervención. Del mismo modo, la ilustración es también un mecanismo muy importante de representación textual. La fuerza de las imágenes consigue atraer la atención del lector y le acompañan en la construcción de todo su proceso de lectura. De esta forma, con un doble sentido de vinculación entre ambos contextos, podemos hablar de la alfabetización lectora en la Educación Social como un área relevante de la acción-intervención socioeducativa.
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