Según la Unión Europea, una de cada dos ofertas de trabajo en España ya son empleos digitales y para el año que viene el 45 por ciento de las ofertas de trabajo tendrá relación con el entorno digital. Esto supondrá la creación de 900.000 puestos de trabajo en la Unión Europea y 200.000 en nuestro país; pero solo el 31 por ciento de los españoles tiene las competencias digitales necesarias. El informe “Flexibility at work” de Randstad señala que la tecnología cambiará el 30 por ciento de los empleos tras la COVID-19. Por eso es muy importante la formación continua, el upskilling y reskilling, siendo para el 61% de las empresas en España un objetivo prioritario el reciclaje de su capital humano tras la pandemia (EY, 2020).
El mercado laboral demanda nuevas profesiones -algunas no las conocemos todavía- y los perfiles de siempre también cambian. Los profesionales del futuro deben ser capaces de adaptarse a gran velocidad a dichos cambios y utilizar la información y las soluciones tecnológicas disponibles para competir y aumentar la generación de valor añadido, siendo capaces de tomar decisiones empresariales a partir del estudio de grandes flujos de datos. Desde el punto de vista económico, la recogida, el almacenamiento y el tratamiento de grandes volúmenes de datos facilita y multiplica las posibilidades de rentabilizar el llamado "petróleo" del siglo XXI: la información.
Así, por ejemplo, el concepto de Economía Digital se refiere a “la economía que hace un uso intensivo de la red de Internet como plataforma universal para la generación de puestos de trabajo, la creación de riqueza, y la distribución y consumo de productos, bienes y servicios que cubran las necesidades crecientes de la sociedad actual, y en donde el conocimiento (información) es un elemento central, ya que es generado en conjunto sobre el componente tecnológico que proporciona un ambiente hiperconectado, descentralizado y seguro sobre una misma red, por todos los demás componentes de la misma, es decir, el componente consumidor (personas) y el componente proveedor (empresas y gobiernos)” .
Vinculada a esa Economía Digital, se ha dado otro fenómeno: la Transformación Digital de las empresas. La implementación tecnológica inherente reporta múltiples beneficios a las organizaciones, pues permite optimizar y simplificar el modo de ejecución de los flujos de trabajo y las tareas que se llevan a cabo en cada uno de los departamentos de la compañía. Una de las tecnologías que juega un rol esencial en el marco de dicha transformación es la Inteligencia de Negocios (Business Intelligence, BI), que hace referencia “a todas las soluciones software y hardware así como a los procedimientos y prácticas que nos brindan la posibilidad de analizar y procesar la información de la que dispone una empresa, con el fin de optimizar su toma de decisiones.” Se trata de hacer viable y perfeccionar el análisis de datos estructurados, recopilados por la organización a raíz de su desempeño diario. La transformación digital contribuye a perfeccionar la operatividad de las empresas y, a su vez, les ayuda a incrementar su competitividad. Para realizar este cambio se puede apoyar en herramientas de BI para mejorar el entendimiento de su operativa interna y del comportamiento de sus clientes.
La tecnología también está revolucionando a las empresas en el campo de las finanzas, cuando éstas tienen como objetivo ofrecer mejores soluciones a los servicios financieros y comerciales para hacerlos más accesibles, económicos, eficientes, masivos, transparentes, seguros, e independientes. Una definición amplia del concepto de Finanzas Tecnológicas (FinTech) se refiere específicamente “a todas aquellas modernas tecnologías que utilizan las empresas, comercios e industrias de los diversos sectores financieros, comerciales y tecnológicos para crear los nuevos productos, bienes y servicios que actualmente revolucionan el mundo, sobre todo aquellos productos, bienes y servicios relacionadas con el uso de la Distributed Ledger Technology (DLT), la Tecnología de la Cadena de Bloques (Blockchain) y el Criptocomercio (Uso de Criptoactivos, especialmente Criptomonedas).” Una definición más restrictiva es la que define a las FinTech como “el conjunto de empresas del ámbito financiero que aportan nuevas ideas y modelos económicos y comerciales mediante el uso de las nuevas y más modernas Tecnologías de la Información.” Por tanto, quedándonos con la definición amplia, hay muchas empresas de distintos sectores de la economía que hacen uso de las tecnologías descritas anteriormente dentro de sus esquemas y modelos de negocios. Estas empresas para crecer y evolucionar hacen un uso progresivo de aplicaciones móviles, de Big Data y de comercio electrónico personalizado, para sustituir los viejos y actuales mecanismos de los servicios financieros y comerciales tradicionales bajo las nuevas tecnologías P2P, de cadena de bloques y el uso de criptoactivos y criptomonedas.
Los datos han llegado para quedarse y están cambiando la forma en la que percibimos y tomamos decisiones en áreas como la sanidad, las relaciones sociales, la política, el medio ambiente, la economía o la empresa. Para ser un profesional de futuro es necesario ser capaz de adquirir, procesar y extraer conocimiento a partir de grandes volúmenes de datos. Para ese tratamiento de datos se necesita capacitar a los profesionales en la utilización del software R orientado a la Ciencia de Datos, en el uso de las herramientas y plataformas para desarrollar proyectos de Big Data y cómo estas tecnologías tienen aplicación en el ámbito de la empresa digital.
En el caso de no tener titulación universitaria de grado (licenciatura o ingeniería) previa, podrán cursar el Curso Universitario de Formación Avanzada en Finanzas Tecnológicas.