Este artículo se enmarca en el ámbito de los estudios que tratan de explicar por qué los jóvenes obedecen las normas. La adolescencia es un período fundamental en el que empiezan a formarse las percepciones sobre la ley y las instituciones legales. En este trabajo se formula un modelo que explica como los agentes de socialización informal (familia, escuela e iguales) y formal (policía) contribuyen a la interiorización de actitudes y valores acordes con las normas y con el respeto a la autoridad legal.
Así, se ha demostrado que familia y escuela pueden ejercer una influencia positiva hacia el respeto a la ley y las autoridades legales, aumentando la probabilidad de un comportamiento normativo. De igual modo se ha demostrado que, aunque tener amigos delincuentes aumenta la probabilidad de delinquir y de tener actitudes negativas hacia la policía, esa influencia no afecta a la interiorización de actitudes hacia la institución.
Finalmente, se pudo constatar que cuando los adolescentes creen que la policía utiliza procedimientos justos la probabilidad de que perciban a esta autoridad como legítima se incrementa. Si bien la influencia de las evaluaciones de justicia procedimental hacia la policía, solo tienen una relación significativa con la delincuencia cuando está mediado por las percepciones de legitimidad de la policía.
De esta manera, se demuestra que ya en este momento del desarrollo, los jóvenes tienen percepciones muy concretas sobre cómo les gustaría ser tratados. Así, la policía como cara visible del sistema legal tendría una responsabilidad directa en este proceso de socialización legal; y cuando en su proceder toman decisiones adecuadas a las circunstancias y garantizan la dignidad y respeto de los ciudadanos, la imagen positiva de los jóvenes sobre la justicia penal se refuerza y las autoridades legales se muestran como instituciones legítimas a las que merece la pena obedecer y respetar.
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