Ana M. Escribano López, Universidad de Castilla-La Mancha; Antonio Díaz Pérez, Universidad de Castilla-La Mancha y Francisco Jareño Cebrián, Universidad de Castilla-La Mancha
La irrupción de las grandes tecnológicas en el sector financiero puede ser una alternativa interesante para los usuarios finales y una amenaza potencial para el sector y los reguladores. En este sentido, el volumen de crédito concedido por este tipo de empresas en Europa continental en el año 2018 ha triplicado el de 2016, según el Banco de Pagos Internacionales (BIS).
Las GAFA
Las grandes oportunidades que ofrece la aplicación de la tecnología en el sector financiero han hecho que compañías tecnológicas con modelos de negocio alejados del ámbito financiero, se sientan atraídas por este sector, hasta el punto de que ya se ha concretado la irrupción de las grandes tecnológicas, las denominadas bigtech, conocidas como GAFA (acrónimo de Google, Amazon, Facebook y Apple).
Estas compañías tienen una imagen de marca prestigiosa y atractiva con millones de clientes en todo el mundo. Esto supone una ventaja competitiva frente al resto de empresas financieras de componente tecnológico, las denominadas fintech, ya que las bigtech son empresas consolidadas que inspiran confianza y disponen de capital más que suficiente para acometer grandes inversiones. Frente a la banca tradicional, las bigtech pueden ofrecer servicios de valor añadido por el dominio de la tecnología y de los datos de sus clientes.
Actividades fintech de las bigtech
El Financial Stability Board distingue cinco categorías de empresas fintech: pagos, liquidación y compensación; préstamos y depósitos; seguros; gestión de inversiones; y actividades complementarias. Las GAFA han centrado su operativa en las actividades de préstamo y de pago, pues son las que les reportan una mayor rentabilidad, y han dejado al margen las actividades de depósito, que además de estar mucho más reguladas, proporcionan unos menores beneficios.
Principalmente han entrado en la banca comercial de la mano de alguna entidad, pero podrían acabar realizando actividades de banca privada, como apunta el hecho de que estén interesadas en obtener licencias bancarias para operar en Europa (Google ha obtenido autorización bancaria para operar en Lituania, y Facebook y Amazon tiene licencias similares en Irlanda y Luxemburgo, respectivamente).
Servicios financieros ofertados
Google, a través de un convenio con Citigroup y con una cooperativa de crédito de la Universidad de Standford, comenzará a ofrecer cuentas corrientes para sus clientes dentro de su aplicación Google Pay bajo el denominado proyecto Cache. Con este proyecto, Google pretende llegar a más de 100 millones de clientes.
Amazon cuenta actualmente en España con alianzas con el grupo Cofidis y con Fintonic para permitir a los usuarios aplazar el pago de sus compras. También con el servicio Amazon Pay para realizar pagos online. En Estados Unidos, tiene desde 2011 el programa de préstamos Amazon Lending, que ha concedido préstamos a pequeñas empresas por un importe superior a los 3.000 millones de dólares.
Facebook, tras dejar en suspenso su proyecto de criptodivisa denominado Libra, está inmerso en su nueva iniciativa, Facebook Pay, un nuevo sistema de pagos a través de las redes sociales y aplicaciones de la compañía (Facebook, Messenger, WhatsApp e Instagram). Este proyecto parece estar teniendo mejor acogida entre sus miles de millones de usuarios.
Apple, por su parte, se ha introducido recientemente en los servicios financieros a través de su tarjeta de crédito Apple Card, en asociación con el banco Goldman Sachs y Martercard. La compañía posee también la plataforma de pago Apple Pay, que cuenta con más de 120 millones de usuarios en todo el mundo.
Los reguladores
Son muchos los organismos y entidades que han mostrado su preocupación por la irrupción de las bigtech en el negocio bancario. Tanto el Banco de España como el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea del BIS, han advertido de la posibilidad de que se produzca un riesgo sistémico similar al que causó el estallido de la crisis financiera, dada la importancia sistémica que pueden adquirir las GAFA por su significativa cuota de mercado mundial y el tamaño de sus operaciones. De ahí la importancia de supervisar correctamente el riesgo que puede derivarse de su operativa, y de tener una adecuada regulación de su actividad.
La Segunda Directiva de Pagos Europea ha permitido a las bigtech introducirse en el sector financiero, pero como apunta el Observatorio de la Digitalización Financiera Funcas-KPMG, habrá que considerar nuevas vías de intervención regulatoria para restringir, en cierta medida, estas nuevas actividades, y cerrar así, como indica el BIS, las diferencias regulatorias entre bigtech y entidades financieras.
Si no puedes con tu enemigo, únete a él
Sin embargo, un estudio reciente del Bank of America muestra que las GAFA no son la principal competencia que pueden encontrar las entidades financieras tradicionales europeas. Por el contrario, la mayor competencia podría venir de la mano de otras fintech que han conseguido obtener grandes cuotas de mercado. La estricta regulación a la que tendrían que enfrentarse las GAFA si deciden operar como bancos, así como la gran oferta bancaria existente en Europa, suponen un freno a su plena inmersión en el negocio bancario. El estudio sitúa a las bigtech más bien como aliados que como rivales de los bancos.
De hecho, la consultora KPMG destaca el número creciente de instituciones financieras que están optando por la colaboración y asociación con las bigtech, en el fenómeno que ha pasado a denominarse bigtech banking, por lo que habrá que estar al tanto de los movimientos de las grandes tecnológicas.
¿El poder de las GAFA nos terminará dominando a todos?
Ana M. Escribano López, Profesora Ayudante Doctor, Área de Economía Financiera, Departamento de Análisis Económico y Finanzas, Universidad de Castilla-La Mancha; Antonio Díaz Pérez, Catedrático de Universidad, área de Economía Financiera, Departamento de Análisis Económico y Finanzas, Universidad de Castilla-La Mancha y Francisco Jareño Cebrián, Profesor Titular de Universidad, Área de Economía Financiera, Departamento de Análisis Económico y Finanzas, Universidad de Castilla-La Mancha
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.