Entre los valores de la Unión europea se encuentra la promoción del progreso científico y técnico que debe ser potenciado dentro de la propia Unión Europea basado en el principio de solidaridad.
Este principio se ha plasmado en diferentes programas europeos cuyo objetivo último ha sido la cohesión de las economías que conforman la unión y se ha plasmado en diferentes programas que pretenden operar en aquellas economías europeas cuyo PIB y renta per cápita está por debajo de la media europea, proporcionando un marco financiero adecuado para ocupar un puesto equilibrado en el marco de las economías europeas.
Los programas operativos han sido una de las herramientas puestas en marcha para impulsar el crecimiento de las economías más bajas de la unión europea con un marco temporal y de materia definidos y que se plasmaron en los siguientes programas:
PO 1989-1993. De proyectos a programas.
Aunque los orígenes de políticas comunitarias que abordan los desequilibrios regionales puedan retrotraerse al Tratado de Roma, hubo que esperar hasta 1975 para asistir a la creación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional. En sus primeros años, su actividad consistió en proyectos puramente nacionales, financiando proyectos predeterminados en los Estados miembros con poca influencia europea o subnacional. Se aplicó un sistema anual de selección y refinanciación de proyectos de forma similar por otros fondos comunitarios con impacto territorial, como el Fondo Social Europeo y el Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola. Así pues, a comienzos de los años 80 se planteó el problema de la «eficiencia» de los instrumentos comunitarios y diversos programas experimentales promovieron su integración. En 1986 se produjeron importantes acontecimientos que promovieron una política «europea» de cohesión más auténtica, especialmente el Acta Única Europea, la adhesión de Grecia, España y Portugal y la adopción del programa del Mercado Único. En marzo de 1988, el Consejo Europeo de Bruselas decidió asignar 64.000 millones de ecus a los Fondos Estructurales, lo cual duplicó los recursos anuales durante el período 1989-93. El 24 de junio de 1988, el Consejo adoptó el primer Reglamento integrador de los Fondos Estructurales bajo la égida de la Política de Cohesión. Esta reforma señera introdujo principios clave tales como la atención especial a las regiones más pobres y atrasadas, la programación plurianual, la orientación estratégica de las inversiones y la implicación de socios regionales y locales.
PO 1994-1999. Consolidación y renovación de esfuerzos.
Adoptado en Maastricht el 7 de febrero de 1992, el Tratado de la Unión Europea y el Tratado revisado de las Comunidades Europeas (TCE) entraron en vigor 1 de noviembre de 1993. En lo que se refiere a la cohesión y a la política regional, el TCE estableció un nuevo instrumento, el Fondo de Cohesión, y una nueva institución, el Comité de las Regiones, además de introducir el principio de subsidiariedad. En diciembre de 1992, el Consejo Europeo adoptó la nueva perspectiva financiera para el período 1994-1999 y se destinaron 168.000 millones de ecus para los Fondos Estructurales y de Cohesión. Esto permitió duplicar los recursos anuales y representó un tercio del presupuesto de la UE. Los nuevos Reglamentos de política de cohesión fueron adoptados por el Consejo el 20 de julio de 1993, incluyendo desde entonces el instrumento financiero de orientación de actividades de la pesca y el Fondo de Cohesión. Los nuevos Reglamentos confirmaron los principios clave de las políticas, a saber, concentración, programación, adicionalidad y asociación, y mantuvieron los cinco objetivos existentes con pocas modificaciones. Se consolidaron algunas disposiciones, por ejemplo, la implicación de otras instituciones de la UE, en especial el Parlamento Europeo, así como las normas sobre asociación, evaluación y publicidad. Tras la adhesión de Austria, Finlandia y Suecia el 1 de enero de 1995, un Reglamento de enmienda definió el sexto objetivo que favorecía a las regiones muy escasamente pobladas de Finlandia y Suecia, además de una asignación financiera para los tres nuevos Estados miembros.
PO 2000-2006. Hacia la ampliación.
La tendencia a la simplificación del diseño político de la cohesión y de los procedimientos, en paralelo a la preparación para la ampliación, fueron los dos temas principales del período 2000-2006. La «Agenda 2000» se había forjado desde la segunda mitad de los años 90 y preparó el camino para la mayor ampliación de la UE, con la adhesión de 10 nuevos Estados miembros en mayo de 2004. Esta ampliación histórica supuso un aumento del 20% en la población de la UE, pero solamente un incremento del 5% en el PIB de la Unión. Con la ampliación se produjeron disparidades cada vez mayores en la renta y el empleo, pues el PIB medio per cápita en estos nuevos países miembros era inferior a la mitad de la media de la UE y solamente el 56% de su población se encontraba en situación de empleo activo, en comparación con el 64% en la UE de los 15. El territorio de los nuevos Estados miembros accedió casi por completo al Objetivo 1, elegible para el máximo nivel posible de apoyo de los Fondos Estructurales y de Cohesión. Sin embargo, el trabajo comenzó antes de la ampliación, incluida la concepción de instrumentos de preadhesión disponibles para ayudar a los países candidatos de entonces a prepararse para la política de cohesión. Tras una decisión adoptada por el Consejo Europeo de Berlín en marzo de 1999, el presupuesto de 2000-06 para la política de cohesión totalizó 213.000 millones de € para los quince Estados miembros. Se proporcionó una asignación adicional de 220.00 millones de € para los nuevos Estados miembros durante el período 2004-06. La «estrategia de Lisboa» fue acordada por el Consejo Europeo de Lisboa en marzo de 2000, centrada en el crecimiento, el empleo y la innovación, elementos que se convirtieron en el leitmotiv de muchas políticas de la UE y promovieron el cambio de paradigma en la política de cohesión.
PO. 2007-2013 Focalización en crecimiento y empleo.
La más alta concentración de recursos en los Estados miembros y las regiones más pobres, la inclusión de todas las regiones, y el cambio de prioridades con objeto de impulsar el crecimiento, el empleo y la innovación, son, en pocas palabras, los cambios principales de la política de cohesión de la UE durante el período actual. En la UE de 27 Estados miembros, uno de cada tres ciudadanos de la UE –170 millones en total– vive ahora en las regiones más pobres, que reciben ayuda del objetivo «Convergencia». Las disparidades económicas y sociales se han acentuado notablemente con las ampliaciones recientes. En términos de renta per cápita, Luxemburgo es ahora siete veces más rico que Rumanía. A nivel regional, la diferencia es incluso mayor: la región más rica es la zona central de Londres, con 290% de la renta per cápita media de la UE-27, mientras que la región más pobre es el noreste de Rumanía con el 23% de la media de la UE. El Consejo Europeo acordó en diciembre de 2005 el presupuesto para el período 2007-2013 y asignó 347.000 millones de € a los Fondos Estructurales y de Cohesión, de los cuales se prevé gastar el 81,5% en las regiones de «convergencia». Siguiendo procedimientos simplificados, la mayor parte de los 436 programas, que cubrían todas las regiones y Estados miembros de la UE, fueron acordados antes de que finalizase 2007. El cambio radical en sus prioridades significa que una cuarta parte de los recursos está destinada ahora a la investigación y a la innovación, y alrededor del 30% a la infraestructura medioambiental y a medidas de lucha contra el cambio climático.
Boletín inforegio. Unión europea. Política regional. Junio 2008. Nº 26.
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