Esta colección, entonces llamada solo Copy Art, inauguró el Museo Internacional de Electrografía en mayo de 1990, gracias a las donaciones de importantes colecciones públicas y privadas internacionales, entre las que destacan las obras procedentes de la I Bienal Internacional de Copy Art organizada por el Taller-Galería Fort de Barcelona, en 1984, y de la II Bienal Internacional de Electrografía y Copy Art, organizada por el Ayuntamiento de Valencia, en 1988.
En la actualidad, el MIDECIANT conserva un gran número de piezas físicas realizadas con las máquinas, tecnologías y procesos de reproducción electrofotográfico, que popularmente fueron denominadas xerocopias, y, posteriormente, fotocopias, cuando, a partir de los años 80 la compañía Xerox perdió el monopolio de la patente de explotación de estos procedimientos de reproducción masiva.
Las obras de la colección abarcan todo el periodo de producción de Copy Art, desde los años 60 hasta que las fotocopiadoras fueron sustituidas por las impresoras digitales como periféricos de los ordenadores personales, a finales del siglo XX. Están incluidos procesos y técnicas que los artistas experimentaron y desarrollaron alrededor del uso, o de la reflexión, de estas nuevas tecnologías de multirreproducción gráfica.
Las tradicionales fotocopiadoras fueron evolucionando tecnológicamente de forma que digitalizaron sus procesos funcionales y se conectaron a los ordenadores, cumpliendo funciones de periféricos de entrada (scanner) y de salida (impresoras) de alta calidad.
Los espacios del MIDECIANT, a comienzos de los años 90, que estaban entonces patrocinados y financiados por empresas tan importantes como Canon, Apple o Epson, fueron ampliando sus recursos tecnológicos e instrumentales. El resultado fue la ampliación del patrimonio de arte y nuevos medios del museo-centro de innovación hacia estas nuevas prácticas artísticas, lo que llevó, con el paso del tiempo, a la generación de una nueva colección específica dedicada a la gráfica digital.
Hoy día, esta colección incluye, además de un gran número de obras de copy art y fax art analógicos, más de 400 obras digitales realizadas mediante el uso de todas las máquinas que se fueron inventando y comercializando, y llevadas a cabo a través de los innovadores procesos gráfico-técnicos desarrollados por los artistas que pasaron por sus espacios, y a las que se han ido sumando otras obras y materiales documentales procedentes de donaciones particulares e instituciones públicas y privadas.
Esta colección explica, con nitidez, la evolución del arte y su paulatina transformación desde el ámbito analógico al digital.